Situación general del mercado asiático

Dentro de la falta de visibilidad más lejos del corto plazo en el área asiática, lo que sí está claro es que el nuevo Gobierno chino está dispuesto a cambiar con firmeza el modelo de desarrollo de las últimas dos décadas, basado en el crecimiento cuantitativo y la obsesión por el PIB, por un nuevo modelo con mayor énfasis en el crecimiento cualitativo, una mayor orientación a mercado y, por tanto, menos intervencionista, así como más sostenible en el tiempo. Sin obviar los corolarios positivos, el lado oscuro de la etapa previa ha dejado una burbuja financiera generada en buena medida por la inmensa deuda contraída por los Gobiernos provinciales, en muchos casos inmersos en proyectos faraónicos inconclusos, así como por las grandes corporaciones estatales. Era necesario atajar esta situación.

Recientemente el Primer Ministro Li Keqiang ha rebajado las previsiones de crecimiento del PIB para los próximos 10 años al 7%, por debajo de las más pesimistas, al tiempo que ha disipado cualquier esperanza acerca de nuevos paquetes de estímulo así como de aportar mayor liquidez al mercado vía sector bancario (Consejo de Estado de finales de junio), lo que ha provocado el mayor desplome del índice bursátil de Shanghai (-5,3%) de los últimos años en un solo día (25 de junio).

Las PYMES, que representan al sector privado, son las que más están padeciendo los efectos de la política monetaria, tanto por la dificultad de conseguir financiación como por su coste al alza.

Es probable que la actual situación aún no haya tocado fondo y tiene visos de que el proceso para alcanzar el equilibrio vaya a llevar su tiempo.

Obviamente, y dado el rol de China en el área, este hecho tiene implicaciones no solo en China sino en el resto de países que lo conforman.

Tampoco hay que olvidar que países del sudeste asiático tales como Indonesia (240 millones de habitantes) o Vietnam (90 millones) están poniendo aún más presión sobre la, ya de facto, situación de exceso de capacidad productiva en China al ofrecer condiciones de ventaja en cuanto a costes de implantación y aspectos fiscales se refiere, con el fin de atraer inversión extranjera.

Un sector directamente afectado por esta situación es el de la MH aunque con diferentes peculiaridades en cada país. En el caso de China los fabricantes nacionales son los más afectados mientras que la máquina de importación de altas prestaciones sigue en números positivos debido al desarrollo de sectores como el aeroespacial, trenes de alta velocidad o centrales nucleares de última generación.

Taiwán, debido a su vocación exportadora de máquina de nivel medio y precio competitivo, se está viendo afectada por la bajada de nuevos pedidos tanto del mercado chino como europeo, sus principales destinos.

Corea del Sur, que empezó el trimestre con buen pie, está padeciendo la ventaja competitiva de un devaluado yen. El sector de las IT también está empezando a dar señales de saturación.

Japón está viviendo un buen momento ya que las medidas del Gobierno, de insuflar dinero en el mercado y devaluar el yen, están consiguiendo tanto reactivar el consumo interno como mejorar sus exportaciones.

El resto de los países del área no son fabricantes sino consumidores de MH importada aunque todavía a un nivel poco significativo, pero con capacidad de crecimiento de cara a futuro.

Los datos del segundo trimestre, excepción hecha de Japón quien mantiene su reciente tendencia positiva de crecimiento, apuntan claramente a un debilitamiento tanto de la actividad industrial como del índice de confianza con su implicación sobre el consumo del área.

Texto: Jesús Amézaga, entre los directivos españoles más influyentes en China. Tras formar parte en el departamento de I+D+i y en el Dpto. Comercial en la planta de Arrasate de Fagor Automation, aterrizó en China en 1998, su residencia actual, como responsable del mercado asiático de Fagor Automation.